Alejandro vuela hacia Concepción, explorando viñedos que se benefician del clima fresco del sur de Chile. Esta región emergente ofrece vinos con características únicas que Alejandro quiere integrar en su marca. Aquí, se encuentra con productores que están experimentando con nuevas variedades y técnicas de vinificación, desafiando las convenciones y explorando el potencial del terroir del sur. Alejandro degusta vinos que son sorprendentemente frescos y aromáticos, con una acidez vivaz y una expresión frutal intensa. Las conversaciones con los enólogos locales le revelan la importancia de la experimentación y la innovación en la creación de vinos distintivos. Inspirado por el espíritu pionero de Concepción, Alejandro decide que "Estrella Andina" debe ser una marca que celebre la creatividad y la diversidad del vino chileno. La visita a Concepción le da a Alejandro nuevas ideas y un renovado entusiasmo por su proyecto.